Ilustración de Juan Carlos Corvalan |
más que el oro brillante de la tarde.
Por la ventana abierta
al cuarto llega su vislumbre, y arde
en difundida luz.
Está en mi soledad se maravilla.
La noche sigilosa
apagará esa lámpara amarilla;
mas el halo postrero
dentro de mí rescataré a la sombra.
Lo llevaré conmigo;
será en mi voz la intensidad que nombra
al cabo de los días,
un sencillo prodigo renovado.
Con él despertaré
después de cada sombra iluminado.
será en mi voz la intensidad que nombra
al cabo de los días,
un sencillo prodigo renovado.
Con él despertaré
después de cada sombra iluminado.
Revista Arte Litoral, N°4, Septiembre-Octubre de 1958, Año 1, pág. 17
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