“Los autores más optimistas presentaban la informática y las telecomunicaciones como un vehículo para el progreso, democracia, cultura y libertad, que conduce a un aumento del tiempo libre y a una mejora de la calidad de vida. (…) Sin embargo, algunos autores ponían en cuestión el determinismo dominante y advertían que el impacto de las tecnologías de la información la comunicación sobre las condiciones y la organización de la vida cotidiana dependía, entre otras cosas, de los usos y contenidos, y no sólo de las innovaciones técnicas”. Diego Levis (1999)
Si bien ya se advertía (de) el impacto de las tecnologías de la información la comunicación sobre las condiciones y la organización de la vida cotidiana dependía; no se advertía de la brecha que se generaría, mejor dicho, las brechas: la de acceso a las NTICs y la generacional.
En la ilustración de Nik se observa esa brecha generacional: los alumnos son vistos como sujetos que solo prestan atención a lo que se “enmarca” en una pantalla, lo que ve a través de una; y en cambio la profesora sigue con el viejo sistema: pizarrón y tiza, como si no supiera utilizar las tecnologías.
Alejandro Piscitelli denomina nativos a los estudiantes actuales, hablantes nativos del lenguaje de las computadoras, los videojuegos e Internet; y los inmigrantes digitales: nosotros, los profesores, quienes “nunca sobrepasaremos la categoría de inmigrantes digitales o hablantes más o menos competentes de esa segunda lengua”. Por cierto, las edades de los profesores que aun son considerados inmigrante no bajan de los 26 años.
Vale citar una anécdota del ex Ministro de Educación, Daniel Filmus:
“¿Qué pasa si un médico del siglo XIX resucita a fines del siglo XX y tiene que operar en un quirófano con la técnica en vigencia? ¿Quién se animaría a ser operado? Si un ingeniero del siglo XIX tiene que construir un puente con la tecnología del siglo XXI o del XX, ¿nos animaríamos a pasar por allí arriba? Ahora, ¿qué pasa si un maestro del siglo XIX resucita y entra en un aula de nuestras escuelas?” La respuesta sería: “Tomaría una tiza y comenzaría a enseñar”.
Porque si es verdad que las TICs están presentes en la curricular de los profesorados, el uso del cañón es el los más pedido para la proyección de los PowerPoint donde se contendrá una síntesis de lo que queremos que los alumnos aprendan, esas filminas maravillosas que desplazaron las engorrosas laminas hechas a mano. Y ¿Eso es esto?, ¿Las capacitaciones a los docentes para que puedan incorporar nuevas estrategias didácticas, dónde? Capacitaciones de 45 minutos, para certificado de 0.50 pto, capacitaciones donde muchas veces, con suerte, el 25% presta atención. Es decir, la brecha sigue, habrá que esperar que los nativos se vuelvan adultos, docentes para acabar con la brecha.
Es por eso que deberíamos replantearnos la adecuación de ciertos contenidos del currículum para las nuevas tecnologías y en capacitar a los docentes para que pueda lograrse. A la vez de hacer hincapié en la educación en medios, cuyo objetivo sea forjar jóvenes que logren discernir entre la gran cantidad de información encontrada en la red, en pos de generar un pensamiento crítico y reflexivo frente a la abundancia.
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