concluyeron la edición del alma,
que epilogó con rúbricas
el tiempo;
retiró la pupila
su procesión de antorchas
y plegaron los labios
cerrojos de silencio;
un aluvión de acíbar:
chelines de amargura
que acuñan el recuerdo
se cuajó allá muy dentro.
Marta Diaz Torrente
Revista La Diligencia, Noviembre-Diciembre de 1960, Año 1, Viajes 6 y 7, pág.21
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