largos andenes
y trenes que no llegan
largamente solos
vacíos
los andenes.
Pasos!
mis pasos que me siguen
y caminan
y resuenan
en techos y paredes.
Relojes!
relojes que no mueven
sus agujas,
faroles encendidos
grillos quietos.
Manos!
manos que no dan
la bienvenida,
manos que no están
y que no vienen.
Ni siquiera
se oye
la esperanza:
el ruido lejano
de los trenes.
Andenes!
pasos míos,
sólo míos!
y trenes
que no llegan.
Dora Norma Filiau
Revista Arte Litoral, N°3, Julio-Agosto de 1958, Año 1, pag.13
No hay comentarios.:
Publicar un comentario