miércoles, 30 de octubre de 2019

Hogar

No hay noticias. La anciana 
inútilmente espera en la ventana. 

¡Pasan días y meses! 
En este año los campos no han producido mieses.

No hay pan. En lontananza, 
la pobre madrecita cultiva su esperanza: 

-“Cuando vuelva, sin duda 
traerá puesta la cruz; sobre su frente ruda 
brillará la aureola de aquel primer encuentro… 
¡Ha de volver, es claro, mi buen batallador! 
Lo esperaré aquí dentro, 
para llorar en lo íntimo mi dolor y mi amor.” 

No hay noticias, no hay pan. La madrecita anciana 
inútilmente espera en la ventana… 

Mucho tiempo después, por la calle desierta 
regresaba un soldado; 
vió el ventanal vacío, el postigo cerrado, 
y un crespón en el tosco llamador de la puerta… 

Mario Bravo 
“Cien Lecturas” pág. 117

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